Para llegar a todos – Adviento 2021

¡Adelante! Pero ¿para qué?

Este lema del curso nos ha recordado, desde el inicio, dos conexiones fundamentales: con los otros y con el mundo que nos rodea. El cable, al inicio del curso, y en el cartel, nos va recordando que nuestro seguir adelante es con un horizonte, con sentido, hacia algo…

Sigue habiendo a nuestro alrededor muchas realidades de oscuridad, de intemperie desprotegida, de violencia, de marginalidad, de necesidad. En medio de una crisis económica, sanitaria y social, son muchos los que, de nuevo, se van quedando al margen del camino. Sin “adelantes” por los que avanzar…

En medio de estas realidades, la encarnación.

“Al principio, existía la Palabra. La Palabra estaba junto a Dios. Y la Palabra era Dios. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres; la luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la sofocaron.

Estaba en el mundo, pero el mundo, aunque fue hecho por ella, no la reconoció. Vino a los suyos, pero los suyos no la recibieron.

Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros.”

(Jn 1, 1. 4-5. 10-11. 14a)

Así, el Señor fue entretejiendo su historia con la de las mujeres y los hombres. Se hizo presente como aliento inicial, como Espíritu sobre las aguas (Gn 1, 2), como Palabra creadora (Gn 1, 3), como fuego y luz en el desierto (Ex 3), como Ley (Ex 20)… “pero los suyos no la recibieron”.

Así, en medio de la historia, en la misma intemperie desprotegida que muchos otros, la Palabra se hizo carne. Bajó. Se abajó. Acampó en medio de la tierra, hijo de mujer, trabajador en Nazaret.

No hizo falta más revelación de Dios que ser hombre en el camino de todos. Un Dios cotidiano.

Para llegar a todos.

En el cartel, la escalera se hace portátil, los niños se unen, se estiran, enseñan dónde llevar la luz. Y nos ponen en la pista de las actitudes que nos ayudan a llevar la luz.

Si nosotros quisiéramos construir esa escalera que nos ayudase a llevar la luz a todos, ¿cómo sería? ¿Qué escalones la formarían? ¿Qué dificultades o traspiés encontraríamos en ella?

Esta es la llamada en este Adviento. Ahora, que tantos se han quedado en los márgenes, estamos llamados a llevar la luz del niño de Belén a todo y a todos. Para llegar a todos, somos necesarios todos. En lo grande y en lo pequeño, en las palabras, en los trabajos, en las aulas, en el juego.

Para llegar a todos.

Un lema para este curso: Adelante

¡Adelante! Una sola palabra, y entre admiraciones, es nuestro lema para este curso… pero, ¿por qué? La elección de los coordinadores de Pastoral de los diez centros SSJ en España es breve y concisa. Y es un acierto para estos tiempos en los que intentamos ir recuperando el ritmo normal de la Historia y de todas las historias…

Buen camino

En este año Xacobeo, en el que la Iglesia está llamada a caminar a Santiago en busca de tanto, hemos querido recordar dos expresiones propias de la experiencia: VLTREIA ET SVSEIA. «Más allá y más arriba», que era la frase que se dedicaban los peregrinos en camino.

¿Alguno de vosotros ha hecho el camino o parte de él, o la parte final? ¿Qué experiencia tenéis de la llegada? ¿Qué se siente al llegar al final de una etapa, o a Compostela? Es bueno, en este punto, recordar la sensación de la llegada, de cumplir una meta a pesar del esfuerzo, de ver Santiago desde el Monte do Gozo… ANDAR ES DURO, PERO TIENE SU RECOMPENSA…

Israel en el exilio

El pueblo de Israel, en el que nace nuestra religión y la fe en Yahvé, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, en el que creemos las tres grandes religiones monoteístas; sufrió dos exilios. El primero, más conocido, en Egipto, del que volvieron con Moisés al frente y el famoso paso del Mar Rojo, del desierto, la entrega de las tablas. Y el segundo, el cautiverio de Babilonia, a finales del siglo IV aC, cuando Nabucodonosor destruye el templo y obliga a los habitantes de Judá, o más concretamente a las clases altas, a salir de su país hacia Babilonia. Donde habitaron 50 o 60 años. En ese contexto hablan los profetas, surge la fe en el mesías (alguien que Dios iba a enviar para salvarlos)… y surge el dolor por la pérdida de Jerusalén, del Templo, de su país… cabe recordar también lo visto hace unas semanas con la salida de Afganistán. O lo que viven tantos refugiados que llegan a Europa huyendo del dolor de la guerra.

En el 538 aC, Ciro, rey de Persia, conquista Babilonia y permite a los judíos volver a su país. El Antiguo Testamento, y especialmente los salmos, está lleno de referencias al exilio y a la vuelta del exilio.

A la sensación de recuperar la tierra.

A la sensación de haber coseguido salir de una pena larga y dolorosa, haber llegado a la meta, a final de etapa, a Santiago, a casa…

El salmo 126 es un salmo que cantaban los judíos cuando peregrinaban a Jerusalén y, contentos, divisaban el Templo al final del Monte Sión. Como ver Santiago desde el Monte do Gozo. Este salmo es un leitmotiv de nuestro curso. Y de nuestro lema.

Nosotros también damos gracias, porque seguimos adelante, porque regresamos ahora a una nueva forma de estar más cercana a la normalidad que conocíamos, porque podremos retomar el pulso, la vida, las actividades…

De todo esto que hemos hablado surge nuestro lema: ADELANTE. Esto es lo que significa. Significa buen camino, ultreia, suseia, habéis llegado o vais a poder llegar. Hemos salido de una etapa difícil, pero seguimos caminando la siguiente etapa…

Señales

Ayer domingo hemos celebrado la fiesta de la Ascensión. Va acabando el tiempo de Pascua, y el Evangelio y los Hechos nos narran cómo, después de varios días (semanas en nuestro clendario) de apariciones y mensajes sorprendentes para los discípulos, Jesús termina desapareciendo de su vista. Los testigos dicen que subió al cielo, que ascendió.

«Dicho esto, lo vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?» (Hechos 1, 1-11)

«A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» (Mc 16, 15-20)

Creemos que hay dos cosas que nos pueden resultar interesantes para caminar…

La primera, esta frase tan contundente de esos misteriosos enviados: «¿Qué hacéis plantados ahí mirando al cielo?» Anda que no nos quedamos veces mirando al cielo. El cielo puede ser cualquier cosa a la que apuntamos con el dedo y nos despista de lo verdaderemente importante. Unas veces será lo que ha dicho tal o cual político, otras veces será el último reto viral en tik-tok, o la última skin del Fortnite… Da igual, porque a cada uno nos despistan cosas distintas. Mientras nos plantamos mirando esto, el mundo sigue caminando alrededor. Y a lo mejor necesitaba de nosotros y nos lo perdimos.

La segunda cosa interesante: dice Jesús que habrá señales, que a los que le crean les acompañarán signos. Esto no se trata de ir por el mundo, en plan Harry Potter, varita en mano haciendo magia…

«Echar demonios» es más cuestión de estar del lado del bien, de no dejar hueco al mal en lo que hacemos, decimos, pensamos… y de ser valientes para frenar el de los otros.

Las «lenguas nuevas» no se tratan de un formidable manejo del inglés y el francés para asombro de los que se nos pongan por delante… es que seremos capaces de hablar de lo importante sin vergüenza. A veces, también de las cosas en las que creemos.

Esto del veneno que no nos hace daño es porque, en ocasiones, dirán mal de nosotros, o irán contra nosotros; pero estaremos convencidos de estar del «lado luminoso de la fuerza».

Y queda curar. Hay mucha gente que nos necesita, que nos espera, que sufre, que se siente sola o a la que tratamos mal. Toca curar, aunque cueste.

Hoy, 17 de mayo, es el Día Mundial de Internet y de las Comunicaciones. Estas señales son una buena forma de inaugurar el blog de Pastoral…

Las señales están de nuestra mano. A por ellas.