La mediación a nivel escolar es una estrategia de resolución pacífica de conflictos, una forma de abordar los conflictos entre dos o más personas de la comunidad escolar, contando con la ayuda de una tercera, denominada mediador, que previamente se ha formado como tal. Se trata de un proceso voluntario y confidencial.
La mediación escolar tiene sin duda un gran valor educativo llegándose a constituir, en algunos casos, como cultura de centro. Son varias las mejoras que genera la implantación de la mediación en el aprendizaje del alumnado y en el clima escolar del centro. Así destacamos aspectos positivos de la mediación como son:
- Promover soluciones satisfactorias entre las personas implicadas evitando que se manifiesten posturas antagónicas de ganador- perdedor.
- Fomentar entre los alumnos el cumplimiento de normas y acuerdos tomados en el proceso: los compromisos.
- Suscitar la participación, responsabilidad, creatividad y comunicación.
- Generar capacidad para tomar decisiones.
- Impulsar el trabajo en equipo.
Los procesos de mediación en el ámbito educativo deben respetar una serie de aspectos básicos:
VOLUNTARIEDAD: Se trata de un encuentro al que las partes llegan de forma totalmente voluntaria.
CONFIDENCIALIDAD: Todas las personas implicadas deben saber y respetar este elemento clave para dotar de credibilidad y eficacia a esta estrategia.
SECUENCIACIÓN: Es un proceso sistemático y ordenado en una serie de fases que se deben realizar.
COMUNICACIÓN Y COLABORACIÓN: La base de la mediación son el diálogo y la creación de entornos comunicativos de calidad, donde las partes en conflicto se encuentren dispuestas a escucharse y a colaborar en la resolución.
Si no conoces a los mediadores, consulta con tu tutor o con la orientadora para saber qué compañeros pueden ayudarte con la mediación escolar.