Los datos que recopilaron ayer sobre Amiens los han podido ver y comprobar los alumnos en una yincana en la catedral gótica de la ciudad. En grupos han tenido que ir superando pruebas mientras hacían fotografías de las distintas partes del monumento. Después, han visitado un barrio en el que el arte urbano decora la mayoría de las fachadas de los edificios. Tras almorzar en un parque, han podido recorrer la calle comercial y, de esta manera, comprar regalos para sus familias.

El trabajo no está reñido con la diversión y hoy es la prueba de ello. Todos los alumnos participantes en el proyecto han sido divididos en grupos y han trabajado en un padlet sobre la ciudad de Amiens y Julio Verne. Además, han recibido clase de lengua extranjera con sus intercambios. Pero para poder hacer todo esto, se necesitaba energía, por eso, el director del colegio William Henri Classen ha recibido a los alumnos con un típico desayuno francés.

Hoy ha sido el Día de las abuelas en Francia. Como hoy es la jornada en la que los alumnos la han pasado con sus familias, algunos de ellos han visitado a sus “abuelas francesas”, otros han ido al zoo de Amiens, unos cuantos a una carrera de caballos… ¡Ha habido una gran variedad de actividades! Aunque, si hay que ser sincero, todos han disfrutado de la hospitalidad y amabilidad de sus familias francesas.

Por otro lado, los profesores participantes, han vivido una jornada de convivencia en la fría ciudad de Lille.

Con el autobús rodeado de niebla, los alumnos participantes en el proyecto (de Serbia, de Portugal, de Francia y de España) fueron a pasear a lo largo de la Bahía de Somme: un espectáculo que la naturaleza decidió regalar a las personas. Ha sido una jornada productiva, ya que han aprendido sobre la fauna y flora de la zona y han sido testigos de la subida de la marea a una velocidad sorprendente. Este día no hemos estado solos, un par de focas curiosas quisieron conocer a nuestros alumnos y les saludó desde las frías aguas del Canal de la Mancha. Tras el paseo costero, han pasaron el resto de la tarde en las calles de Saint Valery Sur Somme.

¿Qué decimos a las familias cuando las conozcamos? ¿Nos perderán la maleta? ¿El avión se retrasará? Estas son algunas de las preguntas que más formulaban los alumnos participantes en la movilidad. A pesar de la intensidad de cuestiones, acompañadas de nervios y expectación, no tuvieron la suficiente fuerza para vencer a la ilusión que se podía respirar en el aeropuerto, el avión y, sobre todo, en el momento de conocer a sus intercambios franceses. Tras un largo día, nuestros alumnos pudieron presentarse a sus familias y pasar las primeras horas de su experiencia francesa con ellos.