Comenzamos el día con el pensamiento de lo que nos depararían los talleres que teníamos programados para el día. La respuesta no tardó en llegar y pronto nos pusimos en parejas para aprender dos bailes típicos de Portugal “Malhão de Resende” e “Chula de Paus”. Algo cansados, pero conseguimos aprenderlo.
El siguiente taller no tenía espera y, justo al terminar de bailar, cuerdas vocales preparadas para cantar “Laurindinha”.
Hoy tocaba descubrir Miranda y su dialecto, el mirandés, pero para llegar a ello, primero vivimos la experiencia de viajar por las carreteras anexas al río Duero (con alguna curva de más) con una lluvia intensa, acompañada de nuestra inseparable amiga la niebla.
Una vez llegamos a Miranda, fuimos recibidos, a golpe de tambor y gaita, junto con trajes tradicionales, dulces y otros menesteres, por Helena Barril, alcaldesa de la villa.
Tras un viaje marcado por la niebla, que nos ha acompañado durante casi todo el trayecto, hemos llegado a la Escuela de Resende donde nos esperaban nuestros socios de Portugal, país anfitrión, junto a nuestros compañeros del Proyecto Erasmus+ MADS de Eslovaquia y Chequia.
Como es habitual, el recibimiento ha tenido actuaciones por parte de los alumnos de los distintos centros de este Agrupamiento de Escolas de Resende. Comenzamos con los alumnos mayores, que nos deleitaron con un baile en el patio del colegio con la actuación que tenían preparada para celebrar el Día Mundial de la Educación física, que tendrá lugar el próximo 8 de octubre.
DÍA 7 | 12 DE JUNIO
El último día en Bystrice ha sido muy tranquilo. Esta vez hemos desayunado a las 8, con tiempo de sobra para la excursión del día. La mañana estaba despejada, y ya no se oía la música del Festival de ayer (que nos acompañó de madrugada).
A las 10 hemos salido del hotel con nuestras mochilas (y bien de crema solar) para comenzar la marcha prevista por las cercanas montañas Prašivá. La marcha ha sido corta, de unos 8 kilómetros, y hemos ido por un sendero con poco desnivel, por bosque, tierras de cultivo y un río (en el que hemos podido mojar un poco los pies).
DÍA 6 | 11 DE JUNIO
Hoy era el gran día, teníamos que dejar el pabellón bien alto (al menos, el del baile español). Nos hemos podido levantar más tarde, así que a las 8 nos hemos reunido con nuestros cereales y nuestros huevos revueltos para empezar el día.
Como hasta el taller de la mañana había tiempo, a las 9 estábamos ya ensayando los bailes en las zonas comunes del hotel, coincidiendo con un partido de fútbol juvenil local (el estadio está en los terrenos del hotel), así que los jugadores nos miraban con curiosidad…
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